No está de más conocer la verdad de algunas afirmaciones; sin duda, el vino es una bebida más que beneficiosa, eso sí, tomada con moderación.
¿Es el vino realmente antioxidante? ¿Cuál es la cantidad diaria recomendada para la salud? Bodegas Cartema te explica estas y otras dudas en torno a esta bebida tan preciada. Y es que no está de más conocer realmente la verdad de algunas de estas afirmaciones, ya que, sin duda, el vino es una bebida más que beneficiosa, eso sí, tomada con moderación.
1. El vino posee propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Verdad.
Numerosos estudios han demostrado que gracias a las propiedades que las semillas de las uvas disponen, el vino tiene estas características. Los compuestos fenólicos, taninos y antocianos presentes en el hollejo de las uvas que extraídos mediante la fermentación y, por tanto, presentes en el vino pueden prevenir y/o mejorar inflamaciones u otros temas de salud.
2. Beber dos copas de vino al día es recomendable para la salud. Verdad.
El vino es un producto natural. Esta bebida contiene componentes como flavonoles, resveratrol, polifenoles, antocianinas, ácidos fenólicos… que hacen que el cuerpo esté mejor. Por ejemplo, el resveratrol es una sustancia rica en antioxidantes que mejora la salud cardiovascular. De este modo, tomado con moderación, el vino se convierte en una bebida muy beneficiosa.
3. El vino retrasa el envejecimiento. Verdad.
Las sustancias citadas arriba actúan contra los radicales libres, una de las causas del envejecimiento de las células.
4. Hay que servir el vino tinto a temperatura ambiente. Mentira.
Para poder disfrutar de todas las cualidades y propiedades de esta bebida, el vino debe consumirse a la temperatura adecuada. El vino tinto crianza tiene que rondar los 16ºC; el tinto reserva los 17ºC; y el blanco los 8ºC.
5. El vino una vez abierto debe consumirse en pocos días. Verdad.
Los vinos suelen aguantar más cuanto más estables sean. Carmelo Hernández, de Bodegas Cartema recomienda beber el vino blanco, como mucho, en 3 días, después de abierta la botella, eso sí, estando en la nevera y con su corcho; los tintos, en cambio, asegura que pueden durar una semana en un sitio fresco y con poca luz.
6. La carne se debe acompañar siempre un tinto y el pescado con un vino blanco. Mentira.
En este punto la clave está en el maridaje. La idea es saborear al 100%, tanto el plato que vamos a comer como el vino a degustar y poder mezclar ambas opciones sin ‘tapar’ el sabor de ninguno. Potenciar los sabores, no contrarrestarlos, es el objetivo. Lo bueno es combinar los platos de sabor fuerte con vinos con cuerpo y los más light con vinos más suaves. No obstante, Bodegas Cartema asegura que la gastronomía ha evolucionado muy rápido y va más allá de la cocina tradicional, con lo que el abanico es más amplio a la hora del maridaje.
7. Los vinos más caros son los mejores. Mentira.
Para disfrutar de este producto no hay que ser un experto. Aunque, lógicamente, cuanto más se aprende, más se disfruta y se comprende que el precio no es el factor determinante de la calidad de un vino.
8. El vino con el paso del tiempo mejora. Depende.
Si el producto se conserva en un lugar idóneo en cada caso, éste evoluciona, pero tienen que darse las condiciones adecuadas, como la temperatura, que dependerá mucho del lugar donde se guarda, la colocación, la humedad, la luz, los olores…También depende del propio vino.
9. Hay un orden correcto para servir los vinos. Depende.
Carmelo Hernández incide en que, normalmente, los vinos blancos se sirven antes que los tintos. Los ligeros, antes de los que presentan más cuerpo y los secos antes que los dulces.
10. El vino reduce el riesgo cardíaco y el colesterol. Verdad.
Este producto, que dispone de antioxidantes y polifenoles, es un buen vasoprotector, con lo que ayuda al corazón y a reducir el colesterol o que no vaya más allá.
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