Europa aprueba una normativa que evita el peligro sobre las explotaciones mixtas y equipara la alimentación orgánica importada con la producida localmente.
La alimentación orgánica está de moda en Europa. Lo está en las casas de los consumidores, pero también en el campo. Y España se ha apuntado más a esa moda en el segundo aspecto que en el primero, ya que nuestro país es el principal productor de este tipo de alimentos. Y así podrá seguir tras la aprobación de una nueva normativa la por el Parlamento Europeo, que impulsa la producción y el consumo de comida ecológica y acaba con algunos escollos que estuvieron sobre la mesa durante la negociación y que, de haber salido adelante, podrían haber puesto en peligro el papel de España.
Más allá de esto, y según explica a EL ESPAÑOL la eurodiputada del Grupo Socialista Clara Aguilera, la normativa -que entrará en vigor en 2021- permite a Europa actualizarse “a las nuevas demandas ante el incremento del consumo, también en producción”.
De hecho, la idea es que Europa produzca más. “Ahora, la UE sólo produce el 55% de los que consume, mientras que importa el 45%”, señala Aguilera.
“La comida orgánica no es ni mejor ni peor, no son mejores nutrientes, son sólo distintas normas de producción”, subraya la política, que cree que esto no es un obstáculo para que la gente busque lo ecológico por encima de otros tipos de agricultura.
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