Una gran parte del éxito de la cosecha de aceitunas radica en la labor que hacemos en el campo, la otra gran parte depende de factores externos y climatológicos que como sabemos, muchas veces se escapan a nuestro control. Hoy queremos centrarnos en lo que sí podemos hacer para mantener saludables nuestros olivos y obtener una cosecha de calidad. Éstas son algunas de las recomendaciones más importantes para poner en práctica.
Reconocimiento del terreno
Lo primero es conocer bien el estado general del terreno de nuestro cultivo. Cada ubicación geográfica, variedad de planta y suelo hacen diferente a cada olivar, de ahí que es necesario conocer todas sus características y capacidad productiva. Esto nos ayudará a detectar su potencial y deficiencias para elaborar un plan adecuado a éste. Es recomendable en este punto, la realización de análisis agroquímicos periódicos.¡’
Por ejemplo, si el terreno posee un elevado PH, esto puede generar problemas en Zinc y Magnesio. El reconocimiento precoz de este factor haría que adoptáramos el tratamiento adecuado para solventar el problema.
El olivo soporta una amplia variedad de suelos, incluidos los terrenos de escasa fertilidad, pero lo ideal es que el suelo sea francoarenoso, profundo y con drenaje, porque el exceso de humedad es su principal enemigo. Ten en cuenta que el olivo está especialmente adaptado al secano y gracias a la conformación de sus hojas minimiza la pérdida de agua.
El mantenimiento del olivar
El riego es fundamental para el mantenimiento del olivo, independientemente de su edad, pero hay que tener cuidado en la forma de administrarlo ya que, como habíamos mencionado antes, es un árbol muy sensible al exceso de humedad. Por eso, es recomendable un riego moderado pero regular que va a permitir mejorar la calidad y cantidad de los frutos.
Otro aspecto importante que hay que evitar es el crecimiento de las malas hierbas alrededor del olivo, porque éstas consumen y desgastan la tierra. Por lo tanto, es indispensable quitar estas plantas y realizar unas labores adecuadas según las características de la zona y de la tierra.
Poda temprana y proporcionada
Es uno de los cuidados más importantes que debemos procurar al olivo para airearlo, que reciba suficiente sol y para facilitar el mantenimiento de cada rama del árbol. Esto permitirá obtener aceitunas de buen calibre y la labor de recolección será más sencilla.
Es aconsejable la poda temprana del olivo para que las cosechas sean productivas todos los años, ya que las ramas absorben constantemente los nutrientes del árbol. Cuanto antes eliminemos las ramas que no son necesarias, menos nutrientes consumirán de éste lo que permitirá que llegue a la época de floración más fortalecido.
¿Cuándo podar el olivo? Dependerá de la fecha en la que se recoja la aceituna, pero muchos expertos recomiendan realizarla a finales de invierno para que se alcance a recuperar y pueda crecer bien durante la primavera.
Correcto abonado del olivo
Este punto es esencial si queremos obtener una buena cosecha y para ello hay que tener en cuenta las necesidades nutricionales de nuestros olivos y sus frutos. Existen muchos tipos de abonos y lo más recomendable es elegir el que nos permita tener un aporte completo de los nutrientes que necesita el olivo para su crecimiento.
Uno de los elementos más importantes es el abonado con nitrógeno el cual acelera el desarrollo del árbol y favorece la producción al aumentar la capacidad de asimilación de otros nutrientes. Otro elemento es la fertilización con fósforo, la cual acelera la maduración y mejora la floración y el cuajado del fruto. Aparte de estos elementos, hay otros esenciales como el calcio, el hierro, el boro o el potasio. Éste último sobre todo a partir del endurecimiento del hueso y el crecimiento de la aceituna.
Es indispensable, por tanto, que realicemos un plan de abonado acorde con nuestro cultivo, teniendo en cuenta la fertilidad del suelo y sus características físico-químicas.
Recogida temprana de la aceituna
Es lo que se recomienda en la medida de lo posible, para que el olivo cuente con más tiempo de recuperación, tanto a nivel de nutrientes naturales como de los daños que le puedan haber ocasionado los instrumentos utilizados durante la recolección. En cuanto a la época recomendada para la recogida de la aceituna, ésta dependerá de su tipo. La aceituna de aderezo se suele recoger en octubre y principios de noviembre; mientras que la aceituna de aceite suele comenzar desde finales de noviembre y puede durar más de dos meses.
Controles fitosanitarios adecuados
Es importante contar con el asesoramiento de un técnico para que nos indique cuándo debemos realizar el primer control fitosanitario y cómo debemos desarrollarlo para aportar al árbol la mayor cantidad de nutrientes y generar tantos tallos nuevos como sea posible. De esto va a depender, en gran parte, la cantidad de aceitunas cosechadas ya que entre más tallos se logren generar, más aceitunas podrá desarrollar el árbol.
https://www.agrocomparador.com/noticias-agricultura/mantener-mejorar-cultivo-olivo
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