Alergias en España
En su caso, el problema se agrava porque vive junto al cementerio de Carabanchel y un camposanto es el reino de los cipreses. “No hay mucho que hacer. Tratamos de ventilar poco la casa, sobre todo a primera y a última hora, que es cuando más polen hay. Lo peor son los días de viento. Y si tienes pelo largo, como mi mujer, que también tiene esta alergia, se te pegan los granos de polen”, comenta este matemático, profesor en la Universidad Carlos III de Madrid, al que le gusta salir a andar, una actividad que tiene muy restringida en estos meses.
Para colmo, en su entorno lo tiene todo en contra. “La Vía Lusitana está repleta de arizónicas que son enormes y la zona de Plaza Elíptica es uno de los puntos más contaminados de todo Madrid según los medidores del Ayuntamiento”, comenta. La polución es un factor que potencia los síntomas, por eso esta alergia incide especialmente en áreas urbanas.
Precisamente, la primera vez que se encontró realmente mal fue en un viaje a Madrid. “Era como un catarro muy fuerte, pero el médico enseguida me dijo que podía ser alergia, así que me hizo las pruebas y salió que
Los casos se disparan
Estos ejemplos están dejando de ser excepcionales. Las alergias se han disparado en invierno. Los datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) indican que en los años 90 tan sólo un 5% de los alérgicos al polen se veían afectados por las cupresáceas. “Hace dos décadas era anecdótico, pero en la actualidad llegan al 40% de los casos en Madrid, Barcelona y Sevilla, las grandes ciudades”, explica a Teknautas Francisco Feo Brito, investigador, miembro de SEAIC y jefe de la Sección de Alergia del Hospital General de Ciudad Real. Después de las gramíneas y el olivo, las cupresáceas ya se sitúan en el tercer lugar por el número de alergias al polen que provocan.
Los factores genéticos también son importantes. “Un hijo de dos personas que no sean alérgicas tiene un 20% de probabilidades de serlo; si uno de los dos progenitores lo es, las posibilidades aumentan al 40%; y si lo son ambos, al 60%”, explica Francisco Feo.
Arizónicas por doquier
Las plantas arizónicas proceden de Norteamérica –el nombre hace referencia al estado de Arizona, pero se encuentran por gran parte del sur de Estados Unidos y el norte de México- y se han multiplicado en las últimas décadas en parques, colegios, jardines, calles, fincas, piscinas y urbanizaciones debido a sus características, como la hoja perenne y el hecho de que se puedan podar con facilidad formando setos frondosos. Mientras que el nivel de polen de las gramíneas permanece estable en las últimas décadas, el de las cupresáceas aumenta significativamente.
El diésel tiene mucha culpa
Otros estudios indican que la combinación de los granos de polen y las partículas en suspensión que emiten los vehículos diésel hace sensibles a las alergias a personas que no lo serían en condiciones normales. Estas partículas ultrafinas recubren los granos de polen y tienen una gran capacidad de penetración en nuestro organismo, más allá incluso del sistema respiratorio, causando problemas cardiovasculares.
Fuente: https://www.elconfidencial.com
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